Saltar al contenido principal

CENTRAL MANDURIACU RETOMÓ OPERACIONES TRAS DESALOJO DE SEDIMENTOS

La Central Hidroeléctrica Manduriacu, ubicadas entre las provincias de Pichincha, Imbabura y Esmeraldas, retomó sus operaciones de generación, tras el desalojo controlado de 1.5 millones de metros cúbicos de sedimentos. Los trabajos ejecutados durante 11 días culminaron el pasado 17 de abril, de acuerdo a lo planificado por una mesa técnica interinstitucional integrada por los ministerios de: Energía y Recursos Naturales No Renovables, Ambiente; así como la Secretaría De Agua y (CELEC EP).

La Central Manduriacu aprovecha las aguas del río del mismo nombre, que es alimentado principalmente por los afluentes San Pedro y Machángara. A lo largo de toda la cuenta acarrean sedimentos que se detienen por las compuertas y rejillas de la infraestructura de captación de la Central. Estos se almacenan en el embalse y posteriormente son evacuados de forma coordinada, a través de maniobras técnicas que consisten en levantar las compuertas de la central y desalojar los sedimentos de forma pausada y paulatina, minimizando los impactos ambientales en las zonas aledañas al cauce del río.

El proceso de desalojo de sedimentos fue ejecutado por 50 técnicos de la Corporación Eléctrica Del Ecuador (CELEC EP) cumpliendo con las recomendaciones del manual de construcción de esta Central, que establece se realicen tres veces al año durante la época de invierno.

En primera instancia, mediante un estudio técnico (batimetría) se realizó una medición de la cantidad de sedimentos en el embalse. De forma paralela, se conformaron brigadas técnicas con personal de la Secretaría del Agua, Ministerio del Ambiente y CELEC EP, para monitorear la calidad del agua tomando muestras en varios puntos de las comunidades: Tortugo, Las Golondrinas, Malimpia, Viche, San Mateo, Chinca, Majua y Tachina, (ubicadas en las provincias de Pichincha, Imbabura y Esmeraldas), donde se analizó la turbiedad, calidad del agua, presencia de químicos, entre otros componentes que sirvieron para generar alertas tempranas y evitar impactos en el ecosistema.

Además, para preservar los recursos ictiológicos, el personal de CELEC EP, previo al desalojo de sedimentos, recuperó más de 8.000 peces que luego fueron reintroducidos en la cuenca del río Guayllabamba.

Actualmente el embalse quedó liberado y la central hidroeléctrica opera a su máxima capacidad, generando 65 MW de energía renovable.